Edward Kennedy “Duke” Ellington

Edward Kennedy “Duke” Ellington, nació en el seno de una familia que
nunca pasó necesidades económicas ya que su padre era mayordomo de una
casa de gente adinerada y su madre procedía de una familia negra
acomodada. Recibió además de una excelente educación burguesa un porte
de elegancia aristocrática que llevaría durante toda su vida, de ahí el
apodo de “Duke” (Duque) que le pusieron sus amigos. Su educación musical
empezó con el piano de su madre y aunque recibe clases de dos
profesores, todavía tardaría bastante tiempo en aprender a leer música.
En 1919 abandona los estudios de diseño y decoración, decide casarse con
con una amiga de la infancia y busca en la música su profesión.

Es en 1921 cuando Duke Ellington, forma su primer y propio grupo con
músicos locales al que llamaría “The Duke’s Serenaders” primero y luego
los famosos “The Washingtonians” con Elmer Snowden, como responsable de
la banda. En 1923, deciden dar el salto a New York y la experiencia no
es muy positiva pero logran tocar durante algunas semanas en la banda de
Wilbur Sweatman, que actuaba en el “Lafayette Theatre”. Tras algunas
idas y venidas de Washington a la Gran Manzana, consiguen un contrato en
el club “Hollywood” donde una noche los escucha tocar Bix Beiderbecke
quien observa con gran atención el sonido de la sordina “wa-wa” que
producen el trompetista, Bubber Miley y el trombonista, Charlie Irvis.
Ese particular sonido sería decisivo en la elaboración del discurso
musical de Duke Ellington.

En 1924, con los conocimientos
musicales muy perfeccionados, la WHN, una emisora de radio local
transmite el show desde el Hollywood club que ahora ha cambiado de
nombre y se llama “Kentucky Club”. la banda comienza a ser conocida y
empiezan a salirle contratos en otras ciudades cercanas a New York.
Entre 1924 y 1926 se incorporan a la banda músicos decisivos en la
orquesta de Ellington, entre ellos, temporalmente el clarinetista,
Sidney Bechet y el saxo barítono, Harry Carney, el primer gran
especialista de ese instrumento en la historia del jazz y que
permanecerá con Ellington toda su vida. Esta es la orquesta que en 1927,
con una sólida formación, bien rodada y con sonido propio, daría el
gran salto a la fama cuando fueron contratados para tocar en el “Cotton
Club” de Harlem, un local regentado por el gangster, Owney Madden, desde
1923 y que se había puesto de moda en New York hasta el punto que era
frecuentado por publico exclusivamente blanco, gente de dinero y de la
alta sociedad neoyorquina. Allí estuvo cuatro años y cuando salió en
1931, estaba recubierto de gloria.

Entre 1927 y 1945, después
de crear para el jazz el “jungle style” Duke Ellington y su orquesta
alcanzan en este periodo la cumbre de su madurez artística y creativa.
La orquesta de Duke Ellington en los años cuarenta era sin duda la que
poseía los mejores solistas y los instrumentistas mas virtuosos de la
época y la revista Down Beat le situó en varias ocasiones por refrendo
popular por encima incluso de la de Benny Goodman. Tras el declive de
las bigbands, Ellington, fue el único líder de orquesta que nunca
disolvió la suya. A falta de contratos pagaba a sus músicos con los
dineros ingresados por sus derechos de autor y utilizaba su orquesta
para componer con ella y oír su música. Pero algunos de sus solistas se
marcharon entre finales de la década de los cuarenta y principios de los
cincuenta para iniciar sus carreras en solitario. A la marcha de Ben
Webster, Barney Bigard, Tizol y otros, se unió una definitiva en 1951,
la de su amigo, Johnny Hodges. La prensa que antes no le escatimaba
elogios, anunciaba casi a diario la desaparición de la orquesta.

En 1955 vuelve a la banda Johnny Hodges y Ellington respira aliviado y
entran en nomina una serie de músicos que darían todavía mucho juego al
sonido Ellington. Entre las incorporaciones mas sonadas, están los
saxofonistas, Paul Gonsalves y Jimmy Hamilton, el clarinetista, Russell
Procope, el trombonista, Quenti Jackson, y los trompetistas, Cat
Anderson y Clark Terry. Con estos músicos y cierto escepticismo,
Ellington es invitado a actuar en el Festival de Jazz de Newport de
1956. Lo que pasó aquella noche está escrito en los anales del jazz.
Duke Ellington, sacó de su chistera creativa dos temas compuestos en
1937, “Diminuendo in Blue” y “Crescendo in blue” y decidió encima del
escenario servirlos unidos, separándolos simplemente con un interludio a
cargo de Gonsalves. Y ahí se produjo el milagro. Los arrolladores
veintisiete “chorus” seguidos de jazz puro y duro que improvisó el
saxofonista, empujado por una rítmica ejemplar le dieron la vuelta al
historia. Las sillas volaban por encima de las cabezas de los atónitos y
rugientes espectadores y a la mañana siguiente toda la prensa anunciaba
en grandes titulares “Ellington ha vuelto”

A partir de ahí
comenzaron las giras, los conciertos por todo el mundo, los discos
grabados y en los últimos diez años de su vida se dedico a componer
suites y conciertos sacros y su vida se apagó cuando el 24 de mayo de
1974 un cáncer terminó con su vida. Ellington ocupa para siempre, el
trono de los mas grandes creadores del jazz junto a Louis Armstrong y
Charlie Parker, y es sin duda alguna uno de los mas grandes compositores
del Siglo XX cualquiera que sea la música que se considere y su legado
es una herencia cultural que permanecerá siempre entre nosotros.

Fuentes: Jazz , vino y literatura.

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Aprendo piano , guitarra, bandurria y música.