Mendelssohn-Bartholdy, Felix

ImagenNacido
en Alemanía en el seno de una distinguida familia de intelectuales,
artistas y banqueros en Berlín, Félix creció en un ambiente provilegiado
(la familia se convirtió del judaísmo al cristianismo en 1816 agregando
el apellido Bartholdy). Mendelssohn estudió piano con Ludwig Berger,
así como teoría y composición con Zelter, produciendo su primera obra en
1820.

Desde entonces aparece una numerosa cantidad de sonatas,
conciertos, sinfonías para cuerdas, cuartetos con piano y singspiels que
reveló su creciente maestría en el contrapunto y la forma. Junto con
los viajes familiares o las eminentes visitas que reciben sus padres
(Humboldt, Hegel, Klingemann, A.B.Mars, Devrient), el joven fue influido
por la poesía de Goethe (a quien conoció personalmente en 1821) y las
traducciones de Shakespeare realizadas por Schlegel.

Todo esto
se aprecia en creaciones del periodo como el Octeto Op.20 o la obertura
Sueño de una Noche de Verano Op.21. Su talento como director también se
reveló a temprana edad y a los veinte años dirigió una precursora
interpretación de la Pasión según San Mateo de Bach en la Singakademie
de Berlín, iniciando con ello el interés moderno por la música de Bach.

Un
periodo de viajes y giras de concierto llevó a Mendelssohn a
Inglaterra, Escocia, Italia y Francia entre 1829 y 1833. Luego ejerció
el cargo de director en Dusseldorf (1833-35), se concentró en los
oratorios de Haendel y compuso Las Hébridas (estrenada en Londres en
1832), el Concierto para piano en sol menor, La Noche de Walpurgis, la
Sinfonía Italiana (1833) y el oratorio St.Paul (1836 en Düsseldorf).

Desde
1835 a 1847 fue director y organizador musical en Leipzig, donde obtuvo
éxito dirigiendo a la Orquesta de la Gewandhaus en obras históricas y
contemporáneas de Bach, Beethoven, Weber. Schumann y Berlioz, así como
fundando y dirigiendo el Conservatorio de Leipzig desde 1843.
Mendelssohn encontró tiempo para componer en sus vacaciones y produjo la
obertura Ruy Blas, una versión revisada del Himno de Alabanza, la
Sinfonía Escocesa, el Concierto para violín Op.64 y el Trío con piano en
do menor (1845).

Entretanto era empleado de manera intermitente
por el rey como compositor y maestro de coro en Berlín, donde escribió
notables y exitosas partituras incidentales para Sueño de una Noche de
Verano (1843) y obras clásicas griegas. Además estuvo involucrado en la
organización de festivales y realizó las últimas dos de sus diez visitas
a Inglaterra entre 1840 y 1847, donde dirigió Elías en Birmingham y en
Londres.

Mendelssohn fue siempre un amigo acogedor, un valioso
colega y un hombre dedicado a su familia, por lo que no sólo fue
recordado por su música cuando falleció a los 38 años de edad y se le
honró internacionalmente.

Con su énfasis en la claridad y la
adherencia a ideales clásicos, la música de Mendelssohn muestra
influencias equivalentes de Bach (técnica fugal), Haendel (rítmica y
progresiones armónicas), Mozart (caracterización dramática, formas y
texturas) y Beethoven (técnica instrumental).

Sin embargo, desde
1825 desarrolló un estilo característico propio, a menudo enlazado a
elementos literarios, artísticos históricos, geográficos o emocionales.
De hecho, es sobretodo debido a este talentoso empleo de estímulos
extramusicales que se le considera un compositor romántico.

Sus
tempranas y prodigiosas dotes operísticas, claramente relacionadas a
Mozart, no se desarrollaron a pesar de una larga búsqueda de contenidos
adecuados. Tal interés dramático quedó finalmente plasmado en los
oratorios así como en la obertura Ruy Blas, la música incidental para
Antígona y sobretodo en la música para Sueño de una Noche de Verano, en
la que temas derivados de la obertura fueron adaptados a la partitura
incidental.

Los oratorios, entre los más populares de su tipo,
se inspiran en Bach y Haendel pero contienen la experiencia personal del
compositor, siendo St.Paul una alegoría de la historia de la familia de
Mendelssohn y, Elías, de sus años de discordias en Berlín. Entre sus
otras obras vocales, La Noche de Walpurgis Op.60 (sobre el poema de
Goethe) y los salmos musicalizados en Leipzig merecen especial atención.
Las canciones corales y los lieder son desiguales reflejando su amplia
variedad de funciones sociales.

Después de un aprendizaje a
través de la escritura de sinfonías para cuerdas siguiendo moldes
clásicos, Mendelssohn encontró inspiración en el arte, la naturaleza y
la historia para su música orquestal. La energía y la claridad de lo
italiano se plasmó en su más famosa sinfonía, aunque lo elegíaco del
escocés se tradujo en un logro más novedoso.

En sus mejores
oberturas, esencialmente poemas sinfónicos en un movimiento, el mar
aparece como una imagen recurrente, desde Mar Calmo y Viaje Feliz, o Las
Hébridas, hasta La Bella Melusina. Menos dependientes de los elementos
programáticos y, al mismo tiempo, formalmente innovadores, los
conciertos, sobretodo aquel para violín, y la música de cámara,
especialmente algunos cuartetos de cuerda, el octeto y los dos tardíos
tríos con piano, reconciliaron los principios clásicos con el
sentimiento personal dando como resultado algunas de sus más
sorprendentes creaciones.

De las obras para instrumentos
solistas, las Canciones sin Palabras para piano combinan lirismo y
virtuosidad de manera elegante y, por lo general, conmovedora.

Fecha de Nacimiento: 1809-2-3 en Hamburgo
Fecha de Muerte: 1847-11-4 en Leipzig

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